El "momento correcto"


A menudo escuchamos conversaciones en distintos puntos de nuestras vidas que apuntan a un mismo mensaje: "Qué rápido se siente que avanza todo". Y es que a medida que vamos avanzando en edad, es más la cantidad de responsabilidades y tareas que nos atribuímos día a día, al punto que llegan momentos en donde tenemos que empezar a sacrificar ciertos ámbitos de nuestra vida para lograr cumplir con todo. Somos expertos en crear rutinas de vida en donde 24 horas no nos son suficientes y aún así, con esta percepción tan errónea en donde creemos al tiempo inagotable (y que en muchas ocasiones nos pasa fuertemente la factura) nos atrevemos a vivir la vida esperando "el momento correcto". 

La vida, por si misma, nos presenta situaciones que definitivamente no esperamos. Nos presenta momentos, personas, metas, problemas y cambios que no veíamos venir y de repente, están frente a nuestros ojos disfrazados de oportunidades las cuáles literalmente están a un "sí" o un "no" de volverlas parte de nuestra historia. Sin embargo esa decisión de aceptar o rechazar una de esas oportunidades se encuentra con dos tipos de obstáculos en su trayecto hacia coincidir con nuestro camino: el primero un "no estoy preparado" para tomar esto y el segundo, el enemigo irrefutable de muchos nosotros: el miedo. 
Divididos por una muy delgada línea, ambas situaciones dejan en pausa esas oportunidades, en donde muchas veces no supimos entender qué nos detenía de continuar y con esa misma incomprensión se "caduca" el tiempo de espera, dejando solo una incógnita mayor en la historia que escribimos: ¿"Y que hubiera pasado sí..."?

En definitiva, llegarán muchas veces, oportunidades que no podamos recibir en el momento que aparecen, porque no estamos preparados con la energía y la madurez suficiente para poder tomarlas, y eso está bien. Decir que no muchas veces requiere un nivel de valentía y sacrificio que muchas personas no están dispuestas a afrontar ni saben como sobrellevar, sin embargo, en el momento que rechazamos algo porque no nos sentimos preparados sabemos intrínsecamente que debemos llevar un proceso de auto conocimiento y auto crecimiento para nivelar esa área en la que estamos flaqueando. Decir que no porque no nos sentimos listos requiere un proceso de preparación consecuente a esta decisión, proceso que no tiene por qué empezar de inmediato, pero tampoco puede no ocurrir. De lo contrario estaríamos siendo conscientes que necesitamos trabajar en debilidades y que tenemos áreas en las que nosotros mismos podemos trabajar y no estamos poniendo de nuestra parte para mejorar. Estaríamos esperando resultados diferentes haciendo siempre lo mismo, y esa es por "default" la fórmula perfecta para estancarnos. 
Es completamente válido decir que no porque falta una parte de nosotros mismos que necesitamos construir o fortalecer, pero inevitablemente debemos trabajar en ello.

Lo peligroso es cuando decimos que no por miedo, y vivimos esperando "el momento correcto" sin darnos cuenta que el único momento que es completamente nuestro es el que poseemos en este preciso instante y que ese momento futuro que se visualiza como "el indicado" puede convertirse en una imagen de algo que nunca sucedió. 
Lo nuevo siempre da miedo, lo que desconocemos también da mucha inseguridad . Dejarnos sentir nuevamente después de alguna decepción también asusta y sin duda, volver a ilusionarnos con algo que en su momento nos hizo sufrir nos retrae completamente. Sin embargo, lo mágico en la vida radica muchas veces en saber decirle "sí" a estas oportunidades mencionadas anteriormente y dejar que la cinta corra. Eso que tanto nos asustaba en el inicio puede traer el desenlace que tanto queríamos para nuestra vida: con nuestra profesión, con nuestro compañero de vida, con nuestros amigos cercanos, con nuestro propio crecimiento, pero al final solo lo sabremos si nos arriesgamos a dar ese "salto de fe". 

-Decir no por miedo a arruinar algo, es por sí sola, la manera más simple de hacer que ese algo se arruine- 

De alguna manera, sentir miedo es parte de nuestra condición de humanos, y es parte, me atrevo a decir, de hacernos sentir vivos. Cualquier cosa que nos brinde a nosotros cierto estado de incertidumbre, introducirnos a algo desconocido, que exista la opción del fracaso o ese sentimiento de que "todo puede salir mal" va a querer paralizarnos y alejarnos de tomar esa decisión, sin embargo, si dejamos pasar todas las oportunidades que se nos van presentando en el camino simplemente porque queremos ver cuando llega "el momento correcto" se nos van a pasar los días sin sentir, sin aprender, sin conocer y finalmente sin vivir. 

La línea  entre no estar listo para algo y decir que no para prepararme y rechazar algo que puede ser increíble simplemente porque me da "cualquier" tipo de miedo es muy delgada y es muy importante tenerla bien definida. Cuando digo que no para trabajar en auto construirme, el momento de decir que sí a algo es simple, es una transición completamente llevadera y se acompaña de un desenlace muy positivo, cargado de buenos momentos y mucho aprendizaje. 
Cuando el "no" tiene como única justificante el miedo, dejamos a la suerte de otro montón de factores esas oportunidades que la vida nos regala y que muchas veces vienen como edición limitada. Oportunidades que literalmente o se toman, o vemos a alguien más tomarla y no solo eso, podemos estar cediéndole a alguien la felicidad que estuvo en nuestros manos por un momento y simplemente nos quedamos "esperando" el mejor momento, sin darnos cuenta el único momento correcto para tomarlo fue ese que dejamos pasar. 

Imagina que planeas un salto en paracaídas, subes al avión, llevas tu casco, tienes el equipo, el profesional en la materia te acompaña y te da las indicaciones, sin duda estás preparado, pero saltar da miedo, no te sientes listo porque el miedo se intensifica a medida que se acerca el momento. Saltar da miedo, pero estás preparado. ¿Te devuelves o saltas? La decisión final siempre está en tus manos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una entrega al 150%

La metáfora del árbol.

No importa el tipo. La validez es igual para todas ♥