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Mostrando entradas de agosto, 2017

Estás en la página que debes estar

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¡Qué frustrante es leer una historia que no entendemos!  En algunas ocasiones somos demasiado insistentes en devolvernos hacia las primeras páginas de algún determinado capítulo porque creemos que empezarmos a entender mal desde el inicio, que se nos escaparon detalles, que olvidamos leer algo o simplemente no fuimos capaces de observar alguna que otra cosa. Estamos leyendo nuevas líneas pero nuestra mente queda fijada en elementos que pasaron, que fueron escritos y que simplemente no encajan con el capítulo que estamos leyendo en este momento. Muchas veces creemos que si nos devolvemos, las historias vuelven a repetirse, dejando ir así los detalles de las nuevas páginas que nos habíamos predispuesto a leer. ¡Claro, y es que es bien difícil no querer "revivir" alguna que otra historia que se escribió en capítulos pasados! Pero entonces, ¿Hasta que punto estamos convencidos de que nuestra mente y nuestra energía se quede en escenarios, personajes y momentos que ya no está

Te invito a un café...

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Hemos crecido bajo la idea de que los cafés deben ser compartidos, con amigos que tenés mucho tiempo sin ver, con tu actual o futura pareja y hasta en familia. El tiempo de café es por -default- el tiempo ideal para ponernos al día, contar historias, anécdotas, secretos, miedos, aspiraciones e incluso hablar un poco de aquello que nos hace mal, pero siempre al lado de alguien, porque hasta cierto punto seguimos teniéndole miedo al hecho de compartir espacios en soledad.  Lo más irónico de todo esto es que muchas veces necesitamos extender esa invitación hacia nosotros mismos, olvidarnos de una persona adicional que nos haga compañía e intentar encontrar la calma que necesitamos con nuestra propia compañía. Sin consejos, sin personas diciéndonos como sentir o qué es lo que debemos hacer, simplemente dándole paso a nuestros propios pensamientos y escuchando nuestras propias ideas. A veces, "pensar demasiado" llega a cosas muy buenas o al menos bastante útiles, pero muchas

Si los niños tuvieran miedo al aprender a caminar...

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Hay episodios en la vida de cada persona destinados única y exclusivamente a dar lecciones sobre el miedo, sobre el fracaso y también sobre la sanación, y son episodios que todos vamos a tener que vivir, independientemente de la historia propia que cada uno construya.  Un día, se me ocurrió comparar esos momentos que la vida, en ocasiones muy amarga y repentinamente nos otorga, con la vivencia que tienen los niños al aprender a caminar, y que inclusive nosotros mismos pasamos por ella, aprendimos y pues, lo superamos... Tantas cosas en la vida se dan igual de involuntarias como el aprender a caminar... proponerse una meta, encontrar un buen amigo, enamorarse alguna que otra vez, querer con todas las fuerzas un proyecto, son, por mencionar, algunas de las tantas cosas que por puro reflejo a -estar vivos- simplemente surgen y que en muchas ocasiones (a veces más de las que nos gustaría) tienen un mal desenlace las que nos introducen en días llenos de dolor, llenos de temor y días