"Relatos del alma..."

Hoy toca aprovechar este espacio para hacer una crítica sobre uno de los mayores cambios que se han dado en nuestro siglo XXI,la tecnología (irónico quejarme si la estoy utilizando para expresar esto pero bueno..) ha pasado a ser parte de nuestra cotidianidad tal como un pasaje de autobús o un plato de comida, así de "grave" se ve la situación actual, y digo grave no por el auge que ha tenido este preciado invento en nuestra vida, sino por el uso que se le ha dado. La crítica de hoy va directa a como la tecnología se llevó la esencia del amor.  Tantos mensajes cargados de palabras bonitas que quedan siendo solo eso, pues a la hora de convivir un rato juntos es como si todo eso que es tan fácil plasmar en un Whatsapp queda atrapado ahí, como un conjunto de palabras que juntas sonaron lindo pero que no se pueden "pronunciar". La clara evidencia del interés hoy en día se mide en número de "likes" y no en número de veces que ha tratado de saber algo tuyo

Todo pasa por algo, y la vida se rige bajo dicha regla. Así funciona todo, así fluye todo y la manera en la cual las personas entran y/o salen de nuestra vida no es excepción. Todas las personas que forman parte de la obra que vivimos tiene un propósito bien planteado, algunos de estos propósitos son conocidos desde antes de conocer a la persona, sí... por más irónico que suene; pero todos sabemos o tenemos la idea de lo que va a hacer "mamá" o "papá" en nuestras vidas o al menos lo que por su condición deberían hacer. Pero de muchos otros desconocemos el guión, no sabemos a qué llegan ni cuando se podrán ir, solamente llegan a sorprender. Muchos llegan para quedarse, algunos de manera física, otros solamente de una manera afectiva porque por esas mismas cosas que la vida pauta, son retiradas de escena. El punto central es que nadie llega a nuestra vida por casualidad, el motivo está escrito en algún lugar del universo, pero está escrito. Llegan a dejar leccion

Uno de mis sueños hoy es adornado por más de 4000 visitas... Ninguna vida es tan vacía como la de alguien que no sueña, que no aspira, que no encuentra en su futuro el motor para poner en su presente lo mejor de sí mismo.  La vida es un puñado de sueños, sí, así de simple. Desde lo más básico como imaginarse en su restaurante favorito con su platillo preferido hasta ser el gran profesional exitoso que quiere ser. Sin embargo, la plenitud no se logra dejándonos todo de manera egoísta en la mente. Al contrario, la plenitud llega cuando tomamos acciones concretas en nuestra vida. Sí, cuando decidimos ir por la noche a ese restaurante y darnos el gustito, cuando invitamos a salir a esa persona que nos gusta, cuando trabajamos día con día dando lo mejor de nosotros para lograr el puesto que tanto deseamos, cuando hacemos caridad para ver sonrisas. Así es como se llena una vida, con acciones concretas que una vez fueron simples pensamientos abstractos que daban vueltas en nuestra