¡Cómo duele entender así!

Ahora lo entiendo mejor...

De pequeña muchas cosas no tenían sentido, me parecía exagerado lo que decías que me podía suceder. No entendía muchas veces tus palabras, ni tus actos y muchas veces olvidaba el porqué lo hacías...¡Hoy con lágrimas en los ojos me duele haber logrado entenderte!


Entendí porque desde pequeña me decías que entendiera cuan valiosa soy, que supiera que solo YO podía decidir sobre mi cuerpo, sobre mis limites, sobre mis decisiones. Entendí porque no dejabas que me riera de aquellos comentarios que se burlaban de nosotras, y que al contrario, me sacudiera de todas las palabras que evocaban irrespeto y buscaban lastimarme. También entendí porque tus ojos se llenaban de temor cuando te exponía mis sueños, sabías los peligros que me esperaban en un mundo por descubrir.
A medida que crecí, entendí porque me pedías que denunciara cada acto, cada palabra que me pareciera molesta, que me hiciera sentir incómoda, desde pequeña querías que mi voz se hiciera sentir en el mundo. Entendí también porque ellas se reunían, marchaban y exigían derechos, esas mujeres valientes buscan constantemente un mundo mejor para todas.
Entendí porque no dormías si yo salía de noche, ¿por qué preferirías una noche en vela a un poco de descanso? ¡tu corazón no lograba descansar hasta que supieras que estaba a salvo! Entendí tu miedo al abordar el transporte público si nadie me acompañaba o al salir sola, no porque tú lo vieras incorrecto sino por todos los que andan diariamente en la calle buscando hacerme el mal.
Empecé a crecer y empecé a entender lo que es sentir miedo, sentirse intranquilo, tener que caminar revisando constantemente quién está a mi lado. Salir con audífonos era mejor, no tenía que escuchar a esos degenerados que se atrevían a decir cualquier cosa sobre mi cuerpo, mi manera de vestir, sobre mí.
Crecí y entendí algo vital... ¡NO ES MI CULPA POR SER MUJER! Nací en una sociedad volcada completamente a estigmas machistas y llenos de violencia. Entendí que cada vez que me siento atacada, debo levantar la voz, por mí y por todas aquellas que una vez lo intentaron y no lo lograron. ¡Ser mujer no me hace débil y soy un ser humano que merece respeto, que merece ser valorado y que merece poder vivir sin miedo!
Entendí que no debía ser yo quien debía cambiar, ni mi forma de vestir, ni los lugares a los que me gusta frecuentar, ni las horas a las que decido realizar mis actividades, no debía cambiar mis ideales ni mis sueños porque aquí no soy yo quien estoy mal, es la sociedad que no nos defiende, son los antisociales que aceptan y normalizan acciones desgarradoras como opinar y decidir sobre el papel de la mujer. No soy yo quien debo cambiar, es quien me culpabiliza por mis decisiones o quien simplemente no lucha por mí, porque "se resignó" a un rol que yo nunca acepté.
Entendí lo que duele ver una noticia, escuchar un titular y pensar "una vez más, somos víctimas". ¡No lo merecemos! Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando imaginé tu sufrimiento, tu dolor vivido en esos minutos y me desgarró el corazón que apagaran tu vida así. Lloré cuando imaginé que esa noticia pudo haber tenido el nombre de una de tantas mujeres increíbles de las cuales me rodeo y me tocó continuar el día, con miedo, con decepción, con un sin sabor que no me hubiera gustado experimentar. 
Entendí, con sufrimiento que debía levantarme y no quedarme callada, que esta lucha no es solo por mí, también es por ti. Entendí que mis ganas de verte viva, son más grandes que el miedo que aqueja a mi corazón....¡Pero cómo duele entender así!

¡No hay más tiempo para pensar en cuentos de hadas, necesitamos ser nuestras propias heroínas, guerreras que luchan por poder llevar una vida normal, mujeres que simplemente queremos VIVIR!

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