La víspera del cambio

Lo que para algunos es un hecho irrelevante, para muchos otros es un punto de inflexión importante, un respiro necesario, un cambio de aire...
En aproximadamente 100 horas, se escucharán en los relojes alrededor del mundo las doce campanadas que acompañan un cúmulo de emociones y acciones. Hay quienes lloran, otros agradecen, hay quienes en silencio piensan, otros se concentran en vivir sus rituales de año nuevo y hay quienes, como si fuera cualquier otra noche, solo duermen... 
El famoso "cambio de página" para muchos deja de ser una metáfora y se convierte en un hecho. Un nuevo año trae consigo planes nuevos, sueños distintos, proyectos por realizar y anhelos que serán evaluados a final de año con algún tipo de "listas de pendientes", en donde cada línea tachada traerá consigo satisfacción y cada item pendiente traerá preguntas, dudas y un "sin sabor" por lo no logrado. 
Es común también, que esta "víspera de cambio" nos haga ver en retrospectiva y ponerle al año que está quedando atrás un etiqueta: o tenemos un año "bueno" o tenemos un año "malo". 

   "La búsqueda insaciable de bienestar nos lleva a ver los fracasos y el sufrimiento como nuestros peores enemigos y nuestras más grandes barreras hacia nuestra meta, sin darnos cuenta que tenemos ante nuestros ojos, dos de los más grandes maestros por excelencia."

Cuando vemos hacia atrás y nos damos cuenta que somos capaces de enumerar logros importantes o que consideramos valiosos, tenemos certeza que el "capítulo" que dejamos atrás, será recordado con orgullo y emoción. Sin embargo, cuando queda una lista de objetivos inconclusos, automáticamente hacemos referencia a "una mala racha" y algo que definitivamente tiene que quedar en el olvido. Por un comportamiento, me atrevería a decir que social, estamos acostumbrados a realizar el "recuento" de algo al visualizar más de cerca el final de un ciclo, pero podemos adoptar esta costumbre para los momentos en los que sentimos que tenemos que darle "reiniciar" a nuestros días. 

"Lo característico del cambio de año es la mentalidad que se adquiere sobre las nuevas oportunidades, la actitud que te lleva a querer comerte el mundo y la idea de iniciar siempre con una energía renovada".

Podríamos adoptar ese ímpetu invencible con el que iniciamos cada enero en cada momento de nuestro camino que sintamos que la vida necesita un "nuevo propósito". Ese cambio de energía debería aparecer luego de cada fracaso, de cada tropiezo o de los conocidos "tragos amargos" que nos presenta la vida para no estar enfocados únicamente en lo negativo. Cada vez que creamos que nos estamos desviando de los objetivos planteados, podemos re enfocar la mente hacia lo que queremos y trabajar con pasión y esfuerzo por ello. 

Dejemos de esperar que sea enero, que sea lunes, que le queden tres meses al año para empezar... Que esas "ganas de conquistar el mundo" sean un motor que nunca se apague para que así, aumentemos nosotros mismos las probabilidades de que al final nuestra vida sea una colección de "buenos capítulos".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una entrega al 150%

Regale algo que dure -para siempre-

La metáfora del árbol.