La huella y la cicatriz.

...No es hasta el momento en el cuál avanzamos un poco por nuestra vida que percibimos la diferencia entre los eventos y las personas que dejan una cicatriz, de aquellos que nos dejan una huella...

En nuestros caminos, van a suceder una infinidad de eventos que van a cambiar nuestra manera de pensar sobre ciertas cosas, nuestra manera de ver algunos temos e inclusive hasta nuestra manera de sentir. En muchas de estas ocasiones esos eventos vendrán acompañados de pensamientos turbios, malas experiencias, tristeza, dolor, sufrimiento y aprendizaje... Te encontrarás en determinados momentos de la vida llorando de frustración o de decepción y habrás perdido todas las ganas de luchar por esa causa que te tenía ahí, en otras ocasiones el golpe será tan fuerte que tendrás miedo de levantarte otra vez... No es para menos, quién tambalea en un camino que creía firme, sentirá temor de dar pasos en falso y herirse de nuevo. En esos momentos en donde la luz es más difícil de distinguir es en donde nos damos cuenta que se han formado pequeñas y grandes cicatrices en nuestro interior que van caracterizando esa persona que somos y ...nos va haciendo diferentes a los demás... 

A su vez, habrá momentos de muchísima felicidad, triunfos acompañados de sonrisas imborrables, recuerdos de momentos de plenitud extrema, conquistas irrepetibles, ilusiones y sueños conseguidos que dejarán huella en nuestro carácter y nuestra personalidad.  Nos enseñarán definitivamente a apreciar los momentos de mucha luz, de felicidad y a mantener siempre viva la esperanza en los malos momentos. Esos momentos que dejan huella en nuestra vida van a jugar un papel importantísimo, como motores y móviles para seguir subiendo peldaños, para seguir fijando objetivos, para seguir venciendo obstáculos, para continuar agradeciendo ciertas presencias en nuestra vida y simplemente para seguir la vida con un propósito.

Y es que este matiz del claro-oscuro es lo que nos enseña a apreciar ciertas pequeñeces de  la vida: el calor luego de un periodo de prolongado frío, sol luego de la tormenta, una presencia especial  luego de marcadas ausencias de quiénes nunca lo esperamos, la luz después de un momento de oscuridad, el sabor de la victoria luego de un duro fracaso... 

Así mismo, aparecerán en tu vida personas con un único propósito: dejar cicatrices. Son quienes te van a lastimar, te van a enseñar lo doloroso de una mentira, lo difícil que se torna la indiferencia, te enseñarán lo que se siente ser "una opción", te enseñarán lo que se siente entregarse con todo lo que sos y no recibir nada a cambio, ni un simple "gracias". Por esas personas vas a llorar, vas a sufrir, te vas a decepcionar, vas a renegar, vas a entender lo difícil que es soltar también, por esas personas muchas veces vas a llevar batallas en soledad, vas a entregarte más de lo que debías... Pero también por ellas vas a conocer el amor propio, vas a entender la importancia de tener un lugar similar al que tienen las personas en tu vida, vas a perdonar, vas a seguir adelante y primordialmente, vas a crecer. 
Aparecerán también personas que van a restaurar tus miedos y esa inseguridad de abrirle tu vida a alguien nuevo: esas personas vienen con el único propósito en tu vida de dejar una huella. Y con ellos vas a reír, vas a compartir triunfos, vas a tener una mano que nunca te va a dejar solo, vas a tener un cómplice, una persona que no juzga, que regaña en momento en donde todo es confuso y busca siempre tu bien. Vas a tener a un compañero de mil batallas, a un confidente, a un amigo. Tendrás una luz inagotable de parte de esas vidas y vibrarás al mismo ritmo de ellos. Te llenarán con una energía que nadie más va a tener y crecerás al lado de ellos, aprendiendo mutuamente sobre lo importante que son -el uno para el otro-, y entenderás la importancia de ser una persona que deja huella en las vidas que toca. 

Que sea un propósito de cada uno crear momentos que dejen huella. 
Que sea un propósito de cada uno llegar a una vida y marcarla positivamente
Que sea una meta ser irradiar luz y simplemente dejar -esa marca personal- en cada una de esas vidas que nos atrevemos a tocar. 
¡Vos decidís!

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