Te invito a un café...

Hemos crecido bajo la idea de que los cafés deben ser compartidos, con amigos que tenés mucho tiempo sin ver, con tu actual o futura pareja y hasta en familia. El tiempo de café es por -default- el tiempo ideal para ponernos al día, contar historias, anécdotas, secretos, miedos, aspiraciones e incluso hablar un poco de aquello que nos hace mal, pero siempre al lado de alguien, porque hasta cierto punto seguimos teniéndole miedo al hecho de compartir espacios en soledad. 

Lo más irónico de todo esto es que muchas veces necesitamos extender esa invitación hacia nosotros mismos, olvidarnos de una persona adicional que nos haga compañía e intentar encontrar la calma que necesitamos con nuestra propia compañía. Sin consejos, sin personas diciéndonos como sentir o qué es lo que debemos hacer, simplemente dándole paso a nuestros propios pensamientos y escuchando nuestras propias ideas. A veces, "pensar demasiado" llega a cosas muy buenas o al menos bastante útiles, pero muchas veces somos incapaces de tener esos espacios con nosotros mismos para encontrar qué es aquello que nos tiene mal, que es aquello que nos hace feliz y queremos conservar e inclusive detectar nuestros espacios de mejora y dónde debemos empezar a cultivarnos a nosotros mismos.

¿Sacás el tiempo necesario para conocer que es lo que te hace soñar y por lo que tanto querés trabajar? ¿Entendés cuáles son tus miedos, tus anhelos y tus más profundas aspiraciones? ¿Sos consciente de cúantos fracasos te han destruído el corazón y qué fue aquello que te impulsó a seguir adelante? Puedo enlistar un sin fin de preguntas que podríamos plantearnos y muchas veces quedan más sin la mitad sin responder, porque no nos conocemos lo suficiente, porque nos desahogamos con los demás y dejamos que las palabras literalmente se queden en ese espacio, pero somos incapaces de interiozar demasiados elementos que debemos tener presentes en todo momento a lo largo de nuestro camino
"Vamos por un café no siempre tiene que ser una invitación hacia alguien más... No debes tenerle miedo a lo enriquecedor que puede ser un rato en soledad". 

Encontrarse con uno mismo es un proceso tan necesario como socializar, porque nadie es capaz de saber que puede esperar de alguien más si no sabe primero cuáles son sus expectativas para consigo mismo. Explorar la propia mente y los propios sentimientos puede ser tan aterrador como maravilloso, pero sumamente vital para saber que está bien y qué está mal y empezar un proceso de auto construcción que irá gradualmente definiendo esa persona que queremos idealmente ser. Escucharse a uno mismo es tan saludable como la empatía que mostrás al escuchar a tu mejor amigo, a tu pareja, a tu mamá o simplemente a la persona que te topaste en el bus y tenías mucho tiempo sin ver. A veces creemos que estamos haciendo muy bien las cosas porque tenemos un entorno de socialización muy bien definido, pero somos incapaces de tener armonía con nosotros mismos si la vida nos presenta episodios de soledad. 

"Un instante a solas es el primer paso hacia la libertad... La libertad de sentir, de ser y de vivir como nosotros mismos nos lo propongamos".

Es importante entender esos espacios a solas como pequeños pasos hacia la libertad que queremos. La libertad de sentir lo que nosotros queramos sin ataduras, porque tenemos claro qué es justamente lo que buscamos. La libertad de escoger, porque tenemos un norte, porque hemos proyectado sueños y anhelos. La libertad de ser, porque sabemos justamente todo lo que nos molesta, lo que nos enternece, lo que nos hace crecer y lo que nos llena de temor, podemos ser lo que queramos porque no hay nadie que te esté diciendo como actuar para "encajar" en algo... La libertad de vivir, bajo una vida que nosotros mismos construimos, bajo lo que creemos, anhelamos y aspiramos realmente para que nos acompañe siempre.

Al final, la soledad va dando de a poquitos boletos para ser libre, y cuando sos libre puedo asegurar que no vas a estar solo por el resto de vida, te rodearás de las personas adecuadas y sabrás convivir contigo mismo en los espacios en donde alguna de ellas decida marcharse...

PD: Más allá de ser sumamente apegados a la metáfora y  "tomar un café" bajo nuestra propia compañía, es aceptar todos esos espacios que nos permitan conocernos más, escucharnos más y por supuesto entendernos más. 


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