Toc, toc... ¡Siguiente!



A veces quienes escribimos compartimos lo que pensamos, otras veces compartimos lo que escuchamos y en otras ocasiones nos toca hablar un poco de lo que vivimos. Total, cada historia trae consigo un mensaje que puede ser el indicado que estábamos esperando. 

Nosotros, como seres insaciables de éxito y triunfo vivimos en una constante búsqueda de oportunidades que nos hagan surgir en los diferentes ámbitos: profesional, económico, personal, interpersonal, el que sea... Lo importante es sentir eso tan satisfactorio que se experimenta cuando uno "gana". Pero ¿qué pasa cuando el tan temido "fracaso" se nos adelanta en la jugada? Nadie en la vida nació listo para perder y aunque algunos afrontan los "NO" de la vida con positivismo, otros muchos se echan a morir sin buscarle el lado bonito a las cosas... Claro, y es que qué difícil es pensar en algo bonito cuando perdiste un curso importante, cuando te cancelaron a última hora, cuando no te dieron el trabajo que soñabas o cuando el proyecto en el cuál llevabas horas de horas trabajando simplemente no funcionó... ¿Quién piensa bonito cuando está frustrado, decepcionado, cansado o enojado? Así como ustedes quienes me leen están pensando en alguna situación que los desequilibró completamente porque no tuvo el "final feliz" que querían, así mismo me pasó a mí una cantidad de veces bastante numerosa. Al principio, me dejaba dominar por todos esos malos sentimientos y pensamientos derrotistas, hasta que un día comprendí que la vida nos premia también por entender.

En la gran mayoría de las veces, cuando la vida nos "niega" eso que tanto buscábamos es porque necesitábamos aprender justamente a ser más fuerte que todos estos pensamientos, porque estábamos tomando un camino equivocado o simple y sencillamente porque hay una puerta más grande en frente de nosotros y no hemos logrado ver. A veces, esa búsqueda nos vuelve tercos y tenemos nuestra oportunidad con nombre y apellidos justamente en frente de nosotros pero queremos insistir en buscar la llave que abre la puerta que nos tiene obsesionados. ¡Sí, es una metáfora bastante trillada, pero si la decían mis abuelos es porque es verdad!. 

Entonces... Si vos atraes lo que sos, es momento de dejar de ver el "fracaso" como lo peor que nos pudo pasar en un día o en una determinada situación y comprender que simplemente lo que no se nos da es porque no tenía escrito nuestro nombre... lo que no nos conviene no va a llegar a nuestras manos por más "berrinche" que intentemos hacerle a la vida. Si vos atraes lo que sos, es momento de cargar la mente con vibras positivas así la vida haya dado una seguidilla de "No", no desfallecer mentalmente y ser más fuerte que cualquier pensamiento mal acomodado, porque eventualmente la oportunidad indicada llega y se da en el momento que tiene que suceder, no en el momento que nosotros -desesperadamente- necesitamos que suceda.

La vida se trata de tocar puertas sin importar si se cierra en nuestra cara justamente esa con la que nos habíamos encariñado. Tocar puertas y esperar, que al final de cuentas, las puertas que se abren son las que van a llenar nuestro destino de justamente todo eso que tanto anhelamos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una entrega al 150%

Regale algo que dure -para siempre-

Si algo se siente incorrecto, ahí no es...