Regale algo que dure -para siempre-



El ritmo acelerado de todos los días ha logrado crear personas obsesionadas con la opulencia, con la necesidad de tener demasiado para estar bien, con la convicción de que la única manera de quedar bien con los demás es intercambiando cosas muy grandes, o lujosas, o algo que realmente "necesitaba" olvidando completamente la idea y el valor que tiene la simplicidad en un días tan convulsos como los nuestros. 

Estamos muchas veces enfocados en ver sola una cara de la moneda y desequilibramos nuestra balanza, existe comodidad y seguridad al "tener" cosas, pero a la vez esa búsqueda incesable de lo material deja vacío el lado de los momentos y de los recuerdos, causando así espacios sin llenar en las hojas en la cual se escriben nuestros días. 
En veces, no es lo material lo que le hace falta a esa persona a la cual queremos darle un gesto especial. A veces no es tan necesaria esa "cosa" que decimos -necesitar- porque tarde o temprano la vida la trae consigo misma, con esfuerzo, con trabajo, con una fecha especial....

Muchas, y me atrevo a decir que gran parte de la veces, podemos dejar recuerdos a más largo plazo regalando tiempo, compartiendo historias y dejando fotografías mentales de un momento de calidad compartido entre dos personas. Muchas veces esa idea de regalar algo que dure por mucho tiempo no necesita de grandes y desorbitantes sumas de dinero, sino de cantidad de tiempo de nuestra cotidianidad que muchas veces no queremos regalar. Muchas veces lo único que se necesita es compartir un café, salir a caminar, una cena sencilla, o simplemente sentarse en una banca, dentro de un automóvil, en el césped y hablar y solo por esa sencilla acción se regala algo que realmente va a ser duradero en el tiempo. 

Justamente, hoy en día, la ciencia de regalar va más allá de lo material y tiene su esencia en lo efímero y lo momentáneo del tiempo para crear un efecto a largo plazo en la vida de los demás... Y es que hoy detenerse a decir gracias es demasiado difícil, porque en esos minutos se hace más fila para el bus o simplemente es mucho esfuerzo. La ciencia del siglo XXI es dejar una serie de imágenes en la cabeza de las personas con quienes se comparte de los momentos que se viven, los chistes que hacen reír hasta que duela el estómago, las charlas que muestran la realidad del uno o del otro, los debates que se crearon al no haber puntos en común, las sonrisas que uno logró dibujar y demás para que se reproduzcan en la memoria de quien lo vivió, ya sea a la hora de ir en bus, a la hora de pasar nuevamente por ese lugar o simplemente antes de dormir. Hoy en día, deja más huella el que comparte su tiempo, por más ocupado que esté, porque sabe que compartir momentos de calidad es bienestar, para si mismo y para sus relaciones interpersonales. 

En fin, cuando exista urgencia al no saber que -detalle especial- regalarle a alguien, deténgase un segundo a pensar en que tipo de recuerdo quieren dejar en ese alguien, si algo material que dibuje sonrisas momentáneas o algo intangible pero duradero que logre dibujar esa misma sonrisa cada vez que alguna imagen del "buen momento que pasamos juntos" aparezca en su memoria. 
Muchas veces, la mejor inversión que podés hacer para alguien es regalar sonrisas, regalar momentos... compartir un pedacito de vida con alguien más. 

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