Un presente aferrado... ¿A qué?



Los fantasmas del pasado y la incertidumbre del futuro son por excelencia opresores de presente. El pensamiento constante de lo que pasó y las secuelas que quedaron son un obstáculo para construir un presente deseado o disfrutar del que simplemente se nos otorga y por ende el pensamiento tiende a ofuscarse por tratar de alcanzar un futuro muy diferente de lo que ya nos tocó vivir, lo malo es que muchas veces esas ideas hipnotizan tanto que se desaprovechan cientos de momentos que de alguna u otra forma no se van a tener de vuelta. 

Es así entonces como el tremendo verdugo del presente tiene un nombre: MIEDO. Sí, este personaje que se presenta en la vida de cada uno de los primeros años, inclusive muchos no recordarán las primeras veces que lo experimentaron, es el principal freno para vivir un presente en donde estemos totalmente enfocados en el hoy. Es el principal freno para perseguir sueños, para alcanzar metas. Es una de las principales herramientas a las cuales nos aferramos para no actuar y ni para qué mencionar el puesto que ocupa en el "ranking de excusas" que tiene la vida, de los punteros por excelencia, el miedo es el "motivo perfecto para no hacer lo que quiero, o no vivir tal cual debo". 

No me voy a enamorar porque de todas maneras siempre voy a sufrir. No voy a tener amigos porque de cualquier forma la traición nunca se erradica. No voy a darme gustos ni me voy a cuidar porque siempre las cosas se acaban. No voy a crear vínculos con las personas porque de todas maneras ellas van a morir. ¡Y EL PRESENTE! ¿Cómo lo va a vivir entonces, aferrada al miedo?
¿Cómo va a darse cuenta usted que la aventura que está a punto de comenzar va a terminar siendo ese desastre que su cabeza ha creado? Esa aventura a la cual usted le está cerrando las puertas y dándole la espalda puede cambiarle su vida, puede ser una experiencia que nunca se va a volver a presentar y simplemente puede ser el eje que le de forma a su vida, pero eso no se va a saber si se sigue colocando el miedo por encima de las ganas de vivir. 

Como seres humanos, racionales y emocionales, sentir miedo es ley. Lo que debemos intentar es que todas esas ideas que se vuelven una traba a la hora de -vivir el presente- no manejen ni controlen la vida de cada quien. Al final de cuentas, debemos sentir miedo para sentirnos vivos pero tampoco podemos permitirnos ser esclavos del mismo. Las cicatrices y heridas del pasado sirvieron para hacernos crecer y la incertidumbre del futuro nos sirve para hacernos trabajadores, perseverantes y en cierta forma soñadores pero ninguna de las dos cosas están en nuestras manos por ahora. El presente es lo que se tiene y por ende el hoy es lo que se escribe por lo tanto debemos evitar que el "miedo" sea el protagonista principal. 



-Grace Hopper

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