Tu legado durará para siempre...

La vida te da cosas, la vida te las quita. La vida te da personas, la vida te las quita. Ese el por ley el ciclo al cual estamos destinados a vivir, aún así nunca estamos preparados para vivirlo. Hace varios días se fue de este mundo una de las personas que más admiraba y amaba en el mundo, con todo el dolor del mundo fui a darle el último adiós a su cuerpo. Las lágrimas han sido inevitables y los recuerdos constantes acompañan mi día a día. Por mucho una de las pruebas más duras que se me han dado, pero estos días me he dado cuenta que su legado de sabiduría, fortaleza y sobre todo amor es infinitamente grande y por ende durará para siempre.
Me parece que era ayer cuando me tenías en tus brazos y me cambiabas el pañal, me alzabas y con tu calor conciliaba el sueño. Siento que fue ayer cuando me cuidabas mis travesuras, cuando te reías de las fechorías que hacía. Fue hace nada cuando veía tus lágrimas y sentía que no había nada más malo que aquello que te hiciera sentir mal, fue hace nada cuando llegaba y me recibías con tu sonrisa espontánea y sincera y por cierto, el infaltable abrazo al llegar. 

Hace poco tiempo escuchaba tu risa, te daba regalos, compartíamos a la hora de almorzar. Hace poco me dabas consejos, me secabas mis lágrimas y me ayudabas a continuar. Fue si no hasta hace poco que escuchaba tu voz al otro lado del teléfono y alegrabas mi corazón con una simples palabras. Eras testigo de mis más sinceras muestras de afecto, ¡Cuántas cartas te hice para navidad y cuántas lágrimas salían al leerlas! Hoy gozas de lo más pleno y satisfactorio que hay en esta vida, estás ante la presencia del Creador y no conoces el dolor, ni la angustia, ni las preocupaciones ¡Cuántas veces soñé con darte eso en algún momento!
Te recuerdo con la sonrisa más grande y sincera que tengo, pues esa misma sonrisa era la que me dabas por la mañanas cuando te daba el saludo habitual. Te recuerdo como una mujer luchadora y muy fuerte, que a pesar de su edad y cansancio siempre intentó poner su mejor cara ante el mundo entero. Te recuerdo por tu sabiduría, tus consejos llenos de razón y de inteligencia, de experiencia y madurez. GRACIAS por tantos de esos que conservo de una manera muy especial. Eres sinónimo de felicidad, me hacía feliz irte a visitar, me hace feliz saber que me cuidas desde algún lugar. Te recuerdo por tu entrega, siempre dando sin importar sin recibía de vuelta, no me diste tiempo de pagarte tanta dedicación preciosa. Te recuerdo por tu bondad, eres una mujer de bien. Nadie me chineaba como vos, y nadie lo hará a tu manera. Te recuerdo de día, en la tarde y por la noche. Te recuerdo con el más sincero amor, ese amor que desde que tengo memoria existe para vos, ese amor que transmitías y todos los que quedamos aquí percibimos en algún momento, ese amor puro y especial, eres uno de mis amores más verdaderos que han existido en el mundo y eso NADA ni siquiera la muerte lo va a cambiar. Te lo decía en vida, y te lo digo desde el momento en el que te fuiste TE AMO, y te amaré en todas las vidas que existan.
Es tarde y esto no lo podrás leer, más sé que desde arriba me estás viendo y conoces mi corazón y sabes, que te recuerdo como una de las personas más grandes que han formado mi vida. 

Ten la certeza que si tuviera un deseo descabellado y se pudiera cumplir, pediría una escalera alta, muy alta para poder llegar hasta donde estás y darte otro de aquellos profundos y sinceros abrazos, los adoraba tanto como te adoro a ti.
GRACIAS por dejar en mi corazón un legado que durará para siempre. Te amo linda. Te amo y siempre lo haré. 


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