Stop rushing -for what you couldn't have-



Inmersos en un ritmo de vida demasiados acelerados, caemos en errores que nos hace desperdiciar horas, días y vida. Envueltos por la necesidad de superación y la sed de éxito vivimos planeando cada segundo, envidiando y criticando a quién puede decidir sobre la marcha y se adapta al resultado que se derive de su decisión. 
Se pasan los días completos dando zancadas para llegar rápido al mañana, como si nosotros mismos fuésemos dueños de nuestro propio tiempo o como simplemente si nuestros planes fuesen siempre a salir tal cual lo deseamos. 

Planeamos, organizamos y luchamos por un mañana, dejando en el desahucio las veinticuatro horas que nos prestaron en una ocasión más. Tener sueños y metas es la clave de la vida, marcar un norte es esencial para no caminar en círculos, pero la realidad es que no se pueden planear 365 días completos si no se aprende a lidiar con las 24 horas que tenemos por delante. ¡Qué difícil es no manejar la vida con ansiedad! Pero cuan doloroso puede ser dejar ir momentos breves por estar únicamente pensando en el largo plazo. Qué triste es terminar un día y ver como lo único que usted hizo fue regar amargura por donde estuvo y la sonrisa que muchos desearon ver nunca apareció. Que ingrato negarle tiempo y momentos a quién en su momento lo quiso únicamente por estar “demasiado ocupado” construyendo caminos que tal vez la vida misma no nos permita terminar.

¡Qué difícil es no vivir TAN pendientes del futuro! Pero… ¡Que importante que es! Al fin y al cabo, todos esos “arriesgados” que andan por la vida quizás viven más que uno, y no en términos de años, sino de momentos. Muchos de ellos están claros en lo que quieren, y trabajan para ello sin descuidar su presente, viviendo los únicos 1440 minutos que tienen por delante porque están conscientes que ni siquiera el día que se tiene a la mano da la seguridad de ser concluido de la misma manera con la que se empezó. A veces, detenerse a sonreír, comer un helado, compartir un momento, caminar por el barrio, a veces esas acciones tienen más vida, que los planes de mañana y pasado mañana y los de la próxima semana.


A veces, y por más difícil que sea hay que dejar de lado el estrés y la ansiedad y llenarse de esa vibra con la que viven aquellos que toman un poco más de riesgos, saber que no hay nada seguro más que el respiro que se toma en el instante. Cuidar el futuro sin echarle tierra al presente, que al final de cuenta nos da los momentos que mañana podremos recordar. A veces, solo a veces hace falta dejar de planear y comenzar a vivir realmente. 

Comentarios

  1. Creo que todo es importante y que la vida se hace de fragmentos grandes y pequeños como el cielo que abarca la infinitud de las estrellas.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Una entrega al 150%

Regale algo que dure -para siempre-

Si algo se siente incorrecto, ahí no es...